lunes, 22 de agosto de 2011

MERCADO CENTRAL Perspectivas del área suburbana

Analizamos aquí algunos aspectos estructurales del Mercado en función del crecimiento que se ha registrado en área metropolitana del Gran Buenos Aires en más de dos décadas que lleva de funcionamiento.

La ubicación privilegiada del área donde se encuentra el Mercado Central por su interconexión con la Autopista Riccheri, la Avenida General Paz y el Camino de Cintura, ha generado el asentamiento de empresas de diferentes actividades comerciales, logísticas, transporte, depósitos y alimenticias.
El sector de la comercialización frutihortícola que fue el origen del emplazamiento, está quedando aprisionada, rodeada de numerosas instalaciones fijas que actualmente predominan en el área total y superan ampliamente en superficie a las naves transaccionales de frutas y hortalizas. (ver Plano)
Ya se observan dificultades en el tránsito por el aumento considerable de camiones y automóviles que circulan por las avenidas que rodean el área y que como se sabe, provocan una gran contaminación ambiental en la zona. El corredor Ezeiza/Puerto agrava la concentración y la saturación de los accesos a Buenos Aires, una ciudad colapsada en las horas pico.
El Mercado tiene acceso por la Riccheri, Boulogne Sur Mer y General Paz, pero esta última no es funcional al transporte de frutas y hortalizas que se concentra por la autopista.
El ingreso de los compradores a las Naves probablemente se vea complicado por el aumento de la circulación de camiones de gran porte que transportan mercaderías no frutihortícolas y las que acceden a los establecimientos de neumáticos y el hipermercado.
La existencia de las ferias permanentes de alimentos, frutas y hortalizas, también ha ido produciendo dificultades en la circulación en particular en algunos días de la semana.
De todas maneras, de producirse congestionamientos que afecten a la comercialización frutihortícola, se tendrá que buscar accesos fluidos y más directos ya que las frutas y hortalizas exigen una rápida distribución.

Pasado y presente
La superficie del Mercado Central es de más de 500 hectáreas y por la ley 19.227 pertenece a la Corporación que la integran Nación, Provincia y la Ciudad de Buenos Aires.
La integración de su Directorio tripartito por representantes políticos partidistas de esos Estados, creó innumerables problemas en la gestión y atravesó por numerosas acusaciones de corruptelas que llegaron incluso en una oportunidad a ser tratadas en el Congreso de la Nación.
También han recibido las diferentes gestiones de sus directores críticas centradas principalmente en la escasa o nula acción para mejorar la comercialización frutihortícola.
Muy poco tiempo después de su inauguración se anuló la caja única, las cooperativas de comercialización no encontraron condiciones de supervivencia y jamás pudo instrumentarse el Consejo Asesor del Mercado. El Mercado fue intervenido en dos oportunidades.
Finalmente la aparición de las grandes superficies de supermercados y la desregulación en la década de los ’90 transformó en letra muerta los objetivos propuestos en la ley 19.227.
La ubicación territorial de esa gran superficie ha sido un factor determinante para la instalación de diversos emprendimientos comerciales y logísticos no vinculados al sector frutihortícola. Hubo también iniciativas y algún estudio para instalar en alguna de sus naves, áreas destinadas al procesamiento de frutas y hortalizas (frutas cortadas, IV gama, catering) que no prosperaron. Actualmente se realiza algún tipo de procesamiento en forma rudimentaria y sin las maquinarias y los procesos adecuados desde el punto de vista de la sanidad y la refrigeración.
También se observa que continúa el “repasado” de la fruta y su reacondicionamiento en distintos envases en particular en cítricos, y otras especies que llegan con distintos defectos de poscosecha y empaque que son detectadas por la inspección del Mercado Central que se observan simplemente en los contenedores donde se arrojan los desechos. Pérdidas que alguien paga (productor o consumidor).
Esto se origina en la zona productora y quizás una acción del Mercado Central podría disminuir el volumen de frutas y hortalizas dañadas antes que lleguen a las naves.
Es evidente que hay mucho por mejorar en el funcionamiento del área transaccional frutihortícola.
Se trata de lograr cumplir con los objetivos centrales que se fijaron en la ley de su creación que facilite una comercialización adecuada a la demanda de la región metropolitana caracterizada por la existencia de una mayoría de pequeñas superficies de comercialización minorista.



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